Hace referencia a la expresión gestual de la sexualidad. Aquellas producciones, hechos, realizaciones e interacciones a través de las cuales vivenciamos y expresamos que somos sexuados y sexuales.
Entendemos el erotismo como la capacidad que tenemos los seres humanos de vivir, experimentar, compartir y expresar placer sexual, es esa capacidad de movilizar y activar la excitación sexual y las emociones que le acompañan en el contexto de un “encuentro” que tiene como fin la posibilidad de intimar con otro y experimentar placer.
Somos un cuerpo hecho para sentir, rico en órganos sensoriales. Tenemos una gran capacidad sensorial y sensual. Aprendemos a sentir, practicando, experimentando, activando nuestros sentidos y órganos sensoriales. Tenemos capacidad para sentir, experimentar sensaciones, disfrutar el placer que produce la estimulación sensorial. Captamos estímulos táctiles, olfativos, propioceptivos, visuales, auditivos, etc. Y los transformamos en experiencias sensoriales. Las sensaciones y experiencias sensoriales son construcciones mentales, existen y se hacen realidad en nuestra mente.
Son variados los sentidos y órganos sensoriales que tenemos, sin embargo usamos unos pocos cuando expresamos nuestra sexualidad. Hemos aprendido a vivir la sexualidad de una forma prácticamente genitilizada si no del todo genitalizada y exclusivamente centrada en el orgasmo inmediato y fugaz. Parece ser que los genitales son la única parte de nuestro cuerpo y los únicos órganos sensitivos que tuviésemos para vivir la sensualidad y el erotismo. Hemos aprendido a vivir la sexualidad en medio de un culto sobre valorado al ejercicio de una genitalidad inmediatistamente orgásmica.
El orgasmo es importante en el ejercicio sexual, el ejercicio genital también lo es, pero estamos perdiendo la oportunidad de conocer las inmensas posibilidades sensuales que tenemos para vivir y disfrutar de nuestra sexualidad. Podríamos afirmar que somos “analfabetos en el arte de amar, sentir y disfrutar”.
Desconocemos lo que somos como cuerpo, tenemos poca comprensión de lo que somos cómo órgano sensorial, todo el cuerpo que somos es un gran órgano sensorial. Nuestro cuerpo lo recubre la piel, esta es de aproximadamente dos metros cuadrados construida por millones de células sensoriales y terminaciones nerviosas que nos permiten percibir y sentir, amar y erotizar. Excitarse y tener orgamos es importante, así como también lo es saber encontrarse e intimar con el otro. Intimar implica erotizar el encuentro, teniendo sexo con sentido, viviendo el amor con sentido sexual.
Tener sexo no garantiza intimidad, una genuina intimidad implica vinculación afectiva profunda, una cercanía existencial y un mutuo conocimiento (María Ladi Londoño, 2002). Una buena parte de las parejas a pesar de llevar muchos años teniendo sexo y conviviendo juntos no logran construir intimidad, dimensión importante para construir amor. La intimidad va más allá de la compenetración física de dos cuerpos con sus genitales.
Nuria Torres Marcos es Psicóloga (Colegida M-26071) en el Gabinete Psicológico ‘Aprende a Escucharte‘.