Para los que tienen la suerte de poder salir de vacaciones en esta Semana Santa, existen propuestas de ocio de todos los colores y para (casi) todos los bolsillos. Ahora bien, ni el plan más atractivo que se pueda imaginar ni todo el oro del mundo pueden compensar unas vacaciones caracterizadas por una mala relación de pareja o una discusión no resuelta, de esas que lo invaden y contaminan todo.
Después del verano y después de las vacaciones de Navidad es cuando mayor volumen de consultas psicológicas de pareja se producen; también es cuando mas separaciones y más divorcios se llevan a término. No es casualidad. Los periodos vacacionales se prestan al tiempo compartido sin distracciones y hacen aflorar lo mejor y lo peor de cada casa. Como es obvio, no puede resolverse la problemática de una pareja en dos pinceladas, pero sí pueden sentarse las bases para una convivencia pacífica durante las vacaciones.
Porque estás cansada/o y te mereces esas vacaciones, te mereces también que no sean conflictivas. ¿Diseñamos un plan?
- Acordad de antemano destino y presupuesto. Incluso si es para quedaros en casa no viene mal una conversación previa en la que sintáis que los dos estáis en el mismo barco y que hacéis lo que verdaderamente queréis hacer, no lo que la dejadez (vuestra o de la pareja, no importa) os ha restringido.
- En la medida de lo posible, procurad pasar el tiempo de vacaciones solos, alejados de la familia política. Si las cargas familiares no os lo permiten, buscad una solución conciliadora en la que tengáis algo de tiempo de calidad solo para vosotros.
- Pide lo que necesites. Son 4 días (9 en el mejor de los casos), no hay tiempo para medias tintas. Pide lo que quieras, sin reprochar, pero de forma clara y concreta, Que luego no pueda decirse que por un malentendido se frustró todo y se pasó la oportunidad.
- Romped con la rutina. Sorprendeos, haced algo nuevo y olvidaos de los horarios. Con niños o sin ellos, a ellos tampoco les viene mal experimentar que en las vacaciones se puede ser flexible y que tanto esfuerzo durante el año tiene pequeños momentos de recompensa.
- Fíjate un objetivo personal (no en pareja) a cumplir durante las vacaciones y persíguelo hasta conseguirlo. Terminar un libro, hacer esa llamada pendiente que tanto te cuesta o cambiarte el pelo. Experimentar que eres capaz de zanjar tareas pendientes te hará sentir más eficaz y contribuirá a alimentar tu satisfacción y tu nivel de motivación.
- Piensa en positivo centrándote en lo que quieres conseguir. Planear las vacaciones te ha costado esfuerzo y dinero, además de que son tus únicos días de descanso en un largo periodo de tiempo. ¿Te los quieres pasar discutiendo? Sé egoísta, piensa en tus necesidades y mira por satisfacerlas.
Ana Villarrubia Mendiola es psicóloga clínica, especialista en Problemas de Conducta y Terapia de Pareja. Dirige desde el año 2012 el Gabinete Psicológico ’Aprende a Escucharte‘ en Madrid